El modelo Mula, la bicicleta para el advenimiento de la Era Beige
abril 24, 2025La mañana era confusa y a la vez predecible,esto es según como se mire, desde dónde se mire y con qué se mire. Los ciclarios solían decir me subí con la pata derecha por el lado izquierdo. El e-arqueólogo Repeto, historiador compulsivo del ciclarismo, atribuye esta extraña nomenclatura de izquierda y derecha para adjetivar al Mundo (Mundo No-ciclario), a un pequeño núcleo de ciclarios que se autodenominaron “los modernos de la Cumbia” (MLC). Este grupo, según Repeto, desarrolló un conjunto de nuevos credos, que para la mayoría de los analistas y formadores en ciclohistoria, fue una religión formal y con muchos seguidores dentro del ciclarismo, pero para Repeto esto no fue más que una secta de hechiceros ¿Cómo justifica Repeto su interés entonces? Él dice: “hicieron tantos temas de cumbia, que con varios de ellos la rompieron. Tod@s corrían y se agolpaban en las puertas de las cumbiotecas cuando un tema les hacía sentido y luego…” Además de su supuesta popularidad, Repeto señala acertadamente que se trató de un grupo que intentó monopolizar el RITMO, entiéndase por esto algo así como la medición de la presión arterial del Mundo, o la cumbia como la herramienta catalizadora y calibradora de la visión del Mundo. Hoy es claro, se trató sólo de una visión del Mundo y no del Mundo en si, pasó lo que tenía que pasar. La cumbia que practicaba este grupo se quedó en un floklorismo costumbrista anecdótico, y ya con el cansancio de piernas por el baile inútil y el pedaleo en bicicleta estática, llegó lo que tenía que llegar, llegó la cumbia psicodélica rompiendo el ritmo, sincopando el ritmo, en definitiva llegó rompiendo el monopolio. La historia que sigue ya es bien conocida…
Repeto en la actualidad publica en papel de lino. En su último libro tiene un corto capítulo sobre los MLC. En su parte final dice: “En definitiva este grupucúsculo no nos legó nada nuevo, las letras y los ritmos -entiéndase por rituales- de las cumbias, alababan al Dios de la Verdad y el Equilibrio, una reinterpretación y actualización de muchas cosas sobre el Mundo que ya venían en desarrollo desde muchos siglos atrás, no! lo particular de los MLC fue su idolatría por la simetría, y la identificación espurea de las partes del Mundo que deben componer esta simetría: Este–Oeste; Norte-Sur; Tierra-Agua; Tierra-Aire. Y la más espurea de todas: izquierda-derecha. Básicamente los no-ciclarios no sentían que formaban parte ni de ese Mundo ni del otro, la cumbia de los MLC se transformó en un ritualismo que cada vez menos ciclarios practicaban, en definitiva y sin más ganas de alargarme, llegó la cumbia psicodélica anunciando el advenimiento de la Era Beige.
La Era Beige
Se atribuye a Pedro, un ciclario de corta e intensa militancia en el ciclarismo -un lerdo en cumbia- la redacción del Famoso “Documento de Marzo”. Se sabe el mes, pero no el año, se habla de aproximadamente un siglo y medio atrás… más o menos. Allí en ese texto, derramado sobre papel amarillento, se contaba una corta historia, en donde la mayor parte de las líneas y párrafos se gastaban en la descripción de paisajes, lugares y hechos históricos ocurridos en ese pasado cercano. Una historia de no pocos personajes, pero cuya presentación, clímax y desenlace, eran realmente escasos en acontecimientos: comer, dormir y…
La interpretaciones, las correctas y erróneas, por llamarlas así, sobre todo frente a un documento tan simple, tan sintáctico, y digámoslo, tan pero tan sintético, que dejó mucho pero mucho a la libre interpretación del Mundo Ciclario, y que por esto también abrió toda una nueva escena en el ciclarismo. Las consecuencias luego de su publicación no se hicieron esperar, surgieron Documentos de Marzo apócrifos, seguido de nuevas tendencias, nuevas modas, nuevas poses ciclarias, hasta nuevos rituales, todo lo cual escenificaba un gran, un enorme, y un absoluto vacío.
Los dos ejes del “documento de Marzo” según expresó poco tiempo después el mismo autor (pidiendo disculpas antes de mandarse cambiar): “Son el eje Blanco y el eje Negro”, Según él, los dos ejes estaban tan “re distanciados”, que dejaban entre medio un espacio infinito, y que caprichozamente él denominó como la “Zona Beige”. Esto no calmó los ánimos, muy por el contrario. Se puso de moda que cuando un ciclario quería burlarse de otro, este le espetara “eres un beige”, que un grupo de ciclarios denominara a otro grupo rival como “la Liga Beige”, y así muchos otros usos del Beige. De aquí que los e-historiadores usen el eufemismo de la “Era Beige” para denominar este período histórico, y que también se diga de pasadita que la Historia es un eufemismo gramatical.
Corren dos sabrosas historias que grafican las aventuras y sinsabores que los ciclarios tuvieron que experimentar en sus atribulados recorridos en la Era Beige. Se consideran estas historias (que tienen muchísimas variantes) como la expresión del surgimiento de un nuevo modelo de bicicleta, de lo que en nuestros días se llama genéricamente como el Modelo Mula. La Mula, animal híbrido de dos especies del mismo género, no se presenta como un capricho contra la naturaleza, ni contra la historia evolutiva de las dos especies, sino muy por el contrario, se presenta como una respuesta única y específica a ciertos objetivos y necesidades extremas del mundo Ciclario, y que solo la Mula puede en un sentido simbólico resolver.
1) Modelo #414747 De cómo Pedro encadena su bicicleta en la baranda del puente y el Documento de Marzo le es revelado.
Eran las 13:47, ya estaban sentados hace rato en el viejo Maultier Bier Stube, bebían cerveza negra. Habían llegado como era la costumbre desde diferentes direcciones. Pedro llegó desde el oriente caminando con la bicicleta a su costado. Había hecho una larga caminata por el parque que va junto al río, y antes de llegar al Puente, vio un gran pedestal para estatuas totalmente vacío, estaba vacío sí, pero los edificios alrededor seguían siendo un manto de fondo para aquel misterioso espacio. Miró hacia allá por un largo tiempo indeterminado, hasta que poco a poco su mente fue entrando en un viaje lleno de imágenes que conjugaban a la perfección con el carácter caótico del lugar. Cuando aún miraba aquel espacio vacío que le hacía viajar acompañado del ruido de autos y el sollozo del río, de pronto se le hizo un gran silencio y todo se oscureció. Totalmente apresado en la oscuridad y sordo además a todo lo que le rodeaba, el segundo, el minuto y la hora eran sinónimos que marcaban el tiempo en aquel lugar. De aquella nada creyó salir cuando escuchó una voz a su derecha que lo sacó de tal pozo, y al girarse en esa dirección vio la estatua gris de un hombre de pié. La figura de metal tenía un gran mostacho y una amplia frente, más abajo entre las manos sostenía un libro y una flor. Él creyó haberle hablado, mas cuando vio con detención la cara gris de metal, pensó que nunca le respondería, y tal vez él nunca le dijo nada. Un par de testigos dicen que vieron a Pedro tardar largos minutos mientras amarraba la bicicleta con una cadena al puente, parecía que hablaba con alguien, sin duda parecía ausente y ajeno a todo el ajetreo que le rodeaba. Luego se le vio caminar por el parque hacia el poniente, hasta que se perdió en medio de los árboles.
Una semana después.
Federica: Pedro a qué se refiere exactamente con esto de la Era Beige?
En los monitores de sonido se entonaba “Das Model” del grupo Krafwerk. Todos los bebedores vieron a la joven dependienta insertar la cassette unos segundos antes de que todo el local quedara atrapado en aquel ritmo monótono de maniquíes.
Pedro: Bueno, es algo a lo que ahora no estoy en condiciones de responder, y le mentiría si le suelto una interpretación por vaga que esta sea.
Federica: No se haga mijo, si Ud es un capo en jeroglifos egipcios y escritura cuniforme. Mire, ya me conoce, iré directo al grano… y ojo estoy totalmente autorizada para decirle que si Ud transcribe esto en forma de Documento – la cinta que me entregó ya sabe que es muy incompleta- y además nos obsequia con su correspondiente y personal interpretación del Documento, el Núcleo Central como una muestra de admiración y reconocimiento a su decidido compromiso con el ciclarismo, le hará entrega mediante rito oficial de un despanpanante juego de cambios marca Pedraza. Y por favor, no dude que estará todo el Núcleo Central en la solemne ceremonia.
Sea buenito y dígale a esta alma en pena, qué significa: “isótopos de cloro entrópico”.
La cara de Pedro no era de sorpresa, tal vez sí de cansancio. Desde el encuentro de la semana anterior en que le contó a Federica su supuesto encuentro con la estatua, las preguntas a través de mensajería y no pocas llamadas pinchadas, no habían parado. El total hermetismo de Pedro, solo acrecentó el morboso interés.
Pedro se sintió acorralado y soltó lo primero que le vino a la mente: “Yo creo que es una forma indirecta pero exacta de saber el tiempo restante hacia la autodestrucción de una forma de operar de un conjunto de partes interconectadas”, Federica abrió los ojos y exclamó: “Claro el cloro limpia matando!” y Pedro asintió con la cabeza mientras miraba a la chica del mostrador, la chica le correspondía la mirada mientras cimbraba sus hombros al ritmo de la música.
Federica: vé como sí lo tiene clarete. Una de las partes que más me descolocó, que hasta me dio soponcio, es cuando la estatua le dijo algo así como: “la amarrarás al puente, ella no cruzará, tú sí, verás que en la otra rivera del río el cielo está amenazante, caminarás hacia el Patio, verás a un grupo de hombres que luego de hablar a gritos, mirarán hacia uno de los pilares que rodean el Patio para que desde esa piedra salga una mujer, ellos calladamente se le acercarán y la rodearán, delicadamente la subirán a sus hombros para llevarla a través de una larga avenida hasta la cima de un cerro”. Ella mira a Pedro con los ojos entrecerrados y le susurra: “¿Significa que ella triunfará verdad?”
Pasa un tiempo y Pedro toma aire mientras la canción de Kraftwerk está terminando.
Pedro: Mmmm, sí pero no, o sea ella ella, mmm tal vez sí. Eso para mí no es lo importante, lo que yo le capté a la estatua es que yo debo ser un observador y no un actor. Uf! O sea sí debo actuar, pero como en el teatro… me entiende? Y que al dejar atrás la bicicleta, lo hemos dejado todo, y todo se caerá… en un sentido figurado por supuesto. En el mejor de los casos seremos unos medios para otros actores y fines, pues ya no dijo nada de nada sobre la bicicleta. Supongo que ahí quedó, ganando óxido bajo el lamento del río y la indiferencia de los peatones. La duda es si alguien tratará de sacarla del olvido.
Federica: de eso no se preocupe Ud, nosotros nos encargamos.
Apenas pudo disimular la mueca frente a Pedro. Su cara era ya una máscara que se caía mientras intentaba encajar la jarra de cerveza en la raja que tenía por boca.
Pedro miraba a todos lados, como tratando de escapar de tal presencia. Seguramente esperaba la voz de la estatua para que le guiara en una una huida al otro lado del río. Su cara de carne amoratada expresaba todo el horror del vacío. Mientras desde la cinta de cassette salía la magia de la monotonía, era la canción “Tour de France”, por supuesto de Kraftwerk.
2) El Pleno de Argentona celebrado en la CicloVille
Otro cuento que dio mucho pero muchísimo jugo en aquellos tiempos fue aquel supuesto encuentro de los representantes del Ciclarismo del Mundo Interior y el Mundo Exterior, las dos caras de la Luna se encontraron, dos ojos que se funden en un tercero. La Luna regula las mareas mentales de los ciclarios, el tercer ojo no ve el mundo objetivo de los dos ojos originarios, el tercer ojo ve el Universo, la fragmentación, la expansión, lo diverso, la paradoja y lo inesperado.
A todo lo largo de la era Beige, el Mundo Ciclario solía llevar a cabo Plenos y Congresos en donde se discutían y acordaban líneas de acción con el objetivo de avanzar en la construcción del Modelo Mula, aquel constructo de superestructura que les permitiera superar la mentada Era Beige.
La Madre era la guardiana, la principal heredera y desarrolladora de las Ideas de AuroCiclo, el gran teórico del Modelo Mula.
—sigue